viernes, 28 de enero de 2011

Los amores PLATÓNICOS.

Debo reconocer que siempre (y desde chica) he adorado tener amores platónicos, siempre han hecho mi vida más relevante. Y si, creo que todas hemos tenido uno (o más que uno) de esos que sin decir ni una sola palabras nos vuelven locas, nos quitan el sueño y hacen que nos revolquemos en la cama pensando en ellos, sin que tengan alguna idea, claro. Pero... ¿Que hace que un amor sea platónico? ¡Fácil! simplemente no tenerlo, y arrancarnos las mechas por desearlos... pero STOP! porque cuando ya lo tienes es lo mas fome que hay, te mató las pasiones y ya no quieres nada con él... y e ahí la idea.
Un amor platónico tiene que ser IMPOSIBLE, de esos que te miran apasionadamente y te matan, que con una sonrisa ya te dejen derretida y a sus pies o de esos famosos actores de Hollywood que entre más lejos estén, mejor. ¡Nunca se les ocurra atrapar a su amor platónico! porque luego de haberte matado todas las pasiones (porque claro, cuando sueñas con un amor así tus expectativas no tienen límite, por ende cuando lo pruebas no es lo que esperabas) no le quedará otra que ser tu amigo, y ya no te mirará con esos ojos matadores llenos de fuego, sino con esos tiernos y amorosos, comenzará a ser tu consejero espiritual y del amor y pronto y sin darte cuenta, se ha convertido en el "amigo gay" que siempre quisiste tener, comenzará a saber tus más íntimos secretos y hasta tus encuentro pasionales con algún hombre que andaba de casería por ahí... y olvidarás completamente porque se convirtío en tu amigo. Así que OJO y cualquier amigo que tengan recuerden... ¿Como llegamos a ser amigos?

Es mucho más emocionante cuando no los conoces, cuando se las hacen de chicos misteriosos y a veces rebeldes, esos que te pasan a buscar en moto, pero que no hablan, y pueden pasar toda la tarde en un campo acostados y no hablar de nada, ni siquiera un saludo, es mejor así, porque cuando uno no habla las dudas te matan y eso es lo que nos atrae a todos, a hombres y mujeres. Créanme, los hombres sueñan con Megan Fox, porque obviamente la mina es regia, y hace de una chica sexy en todas sus películas... pero que pasaría si al conocerla fuera una hueca o una mujer seca para los números y la física y pésima para la cama... lo hombres a lo más querrían una noche con ella para saciar sus ganas, pero luego dejarían de verla en sus sueños, sobre todo si la mina si psicópata y lo llama cada cinco minutos para que se vuelvan a juntar (porque claro es humana y hace lo que cualquier persona ha hecho) y ¡Bum! se les acabo la pasión por Megan Fox.
Nos encanta hablar de él y no saber nada sobre su vida o que hace, simplemente lo deseamos por como nos mira, porque con esa mirada nosotras nos hacemos la idea que es el ser más sexy que existe en el planeta, nos imaginamos el universo entero con él y deseamos a ojos cerrados que el quiera hijos con nosotras... que risa, ahora me río, pero si quieren comprobar mi teoría atrapen a su amor platónico y pasen varíos días con él, me interesaría mucho saber el resultado, así que yo me quedo con mis amores platónicos bien lejos, bien platónicos.
Conozco muy pocos casos, en que alguna amiga ha obtenido a su amor platónico y tuvieron algo que les duró varios meses o menos... ¡es la idea chicas! que los amores platónicos existan simplemente para hacernos soñar un rato, para pensar que los hombres guapos, fogosos, inteligentes y además buenos para TODO, existen... porque en la realidad no encontrarán uno así, así que sueñen con ellos, que sean varios si quieren, pero por favor... por favor, no se les ocurra atraparlos, porque su mejor amigo gay que siempre quisieron lo obtendrán, pero nunca será gay, simplemente será un antigüo amor platónico que llegaron a conocer.

sábado, 22 de enero de 2011

Después de una noche loca.


Un dolor de cabeza comenzó a golpearme cuando de repente empecé a sentir mi cuerpo que yacía acostado sobre un colchón, las sábanas me llegaban hasta la cintura y mis brazos helados apenas recuperaban su fuerza. De costado, mi cuerpo señalaba hacia la ventana que, tan grande e imponente dejaba entrar los rayos de sol directo a mi cara, para que despertara, supongo. Mi pelo olía a cigarrillo, pero mi boca no sabía a alcohol, estaba insípida y seca... creo que había tenido una de esas noches locas.
Giro mi cuerpo para apoyar mi espalda, mis ojos comienzan a mirar el techo, era bastante alto, blanco e iluminado, realmente esta no era mi casa, sigo girando hasta apoyar el costado contrario de mi cuerpo y un bulto a mi lado parecía estar vivo, bajo esas sábanas había un monstruo viviente, se le podía ver respirar. Me quedé quieta, asustada, mi corazón comenzó a latir a mil por hora, luego aquel ser viviendo giró hacia a mi, sacó su cabellera chascona de debajo de la sabana y sus ojos azules se asomaron para mirarme. 


Me quedé atónita, éste definitivamente no era un monstruo... Luego de mirarme varios segundos, destapa su boca de las sábanas y me sonríe, mientras yo pensaba: "¡¿Quien es él?!" y con tanta hermosura regalada yo no quería espantarlo. Le devolví la sonrisa, mientras él con sus ojos penetrantes continuaba mirándome, ninguno de los dos hablaba y pensé: "A lo mejor el tampoco me recuerda, y así no paso esta plancha sola".
Lentamente, comienza a acercarse, sin dejar que las sabanas bajaran de su pecho se acercó a mi lado sin dejar de mirar mis ojos, sonriente, siempre sonriente, y el aroma que desprendió de su cuerpo trajo consigo imágenes confusas de una noche loca pero apasionada, yo aún no despertaba bien, comenzaba a recuperar la memoria poco a poco, y su aroma me ayudaba, sus ojos se me hacían conocidos y su sonrisa inevitablemente  llenaba todos mis vacíos y provocaba escándalos en mi estomago. 
De pronto sentí la necesidad de besarlo, de abrazarlo, sentí necesidad de él y su cuerpo. Luego ya, a unos centímetros de mi y mi rostro, me sigue mirando, sigue sonriendo, coloca su mano sobre mi mejilla y besa mis labios... de pronto sentí que el mundo se había puesto de cabeza.
Lo miré a los ojos, esta vez fui intensa, quería mirarlo intensa, y que con mi mirada yo fuese todo lo que el quisiese que fuera, todo lo que quisiera y deseara, todo lo que esperara de mí y que inevitablemente imaginara el mundo conmigo, su mundo. Me abrazó fuerte, como si tuviera miedo a perderme, y suspiré, giré nuevamente para mirar el techo, mientras sentía su vista contemplándome... Estaba tranquila, sabía que este no se me escaparía, había una conexión realmente poderosa, y a pesar de que los recuerdos seguían viniendo a mi memoria, era como si hubiésemos pasado la vida juntos, y ésta mañana solo era un capitulo más de nuestras vidas... estábamos unidos, compenetrados, listos y dispuestos. Su corazón ya era mío y seguramente el se había robado el mío la noche anterior. Yo lo quería para que siguiera formando escándalos en mi estomago y provocara que cada mañana fuera un nuevo día, como después de una noche loca.

viernes, 21 de enero de 2011

Un cita desastrosa y un hombre con ganas de amor.

He decidido aceptar a lo largo del tiempo, que las cosas cambian, que todo cambia, hasta los roles, y a veces para mal... y así va la sociedad, la guerra de sexos es cada vez más evidente, y hoy los hombres quiere otras cosas, y las mujeres aspiran a más ¿Que nos está pasando?
Me junté con Luis (El chófer encargado de llevarnos a la casa, la noche en que con mi amiga quedamos botadas en la calle, ese que nos tiró flores como quiso, para conseguir una conquista) me llamó por lo menos diez veces en menos de un día, me había decidido a no contestarle y esperar a que se aburriera de llamarme, pero no fue así, así que le conteste, y tras varios minutos-laaaargos minutos- de insistencia, accedí a juntarme con el, total solo sería un rato, y para darle una oportunidad a él y a mí claro... mejor no hacer prejuicios.
Le dije que nos juntáramos en el mismo lugar que quedamos de tomar un jugo, aún que, él decidido quería pasarme a buscar le dije que no. Por cierto llegó tarde. Cuando ya nos saludamos y pedimos algo para tomar, el se sentó y comenzó a contarme de su agitada vida laboral, de sus proyectos a futuros y de sus ganas y anhelos de formar una familia feliz... yo pensaba "¡Por Dios, éste quiere una esposa!", le brillaban los ojos cuando me miraba, y coqueteaba conmigo a ya no poder... Habló de religión casi una hora entera, y mientras se tomaba su cuarto café prendió un cigarrillo. Yo ya estaba bastante incómoda, apestada en realidad, yo lo miraba y sonreía rogándole al cielo que sonara mi celular e inventar una excusa para salir rápido de ahí.
Luego de que habló las tres horas, se detiene... suspira, me mira a los ojos... fijamente y pregunta: Bueno... ¿Quieres pedir la cuenta e ir a algún lugar? Seguro hise una mueca bastante fea, porque su expresión cambio de tierno y feliz, a duda. Luego me toma la mano que tenía sobre la mesa y me dice: Eres genial, deberíamos vernos más seguido, salir, ir a lugares juntos... me encantas.
Yo no lo podía creer, un hombre enamorado y una cita de-sas-tro-sa, esté hombre estaba literalmente desesperado, y quería más. Lo miré a los ojos completamente desconcertada, me levanté de la silla, el sonrió esperanzado, me siguió con los ojos y esperó a que le digiera algo, sólo atiné a decir: Esto queda hasta aquí.
Luego de un escape de película mi celular no dejo de sonar por lo menos tres días seguidos, mensajes de él como "Lo siento, no quise espantarte" o "juntemosnos y arreglemos esto". Sinceramente el debía arreglar su lengua y ponerle frenos, o quizás ver su corazón y superar todas las pérdidas amorosas anteriores, encender sus oídos y escuchar.
Nosotras no queremos hombres que se quieran comprometer ciegamente, menos en la primera cita, queremos hombres que nos quieran conocer, que quieran escucharnos, hombres que estén dispuestos a ser duros cuando se requiera y no unos llorones que muestren sus lágrimas cada vez que quieran hacernos ver que ellos también son sensibles y entienden a las mujeres, "Seres evolucionados" le dicen algunos. Queremos de esos hombres que a veces quieren solo una noche, queremos esos hombres que también quieren más que una, y el día entero también, que compartan sus intereses, pero que también escuchen los nuestros, que los procesen, que no se les olvide ¡que se tapen el otro oído si es necesario para que no se les salga! y que con eso consigan algo, por lo menos yo, no quiero de esos que dicen: "Te quería traer una flor, pero estaba todo cerrado" CUEK! que asco, que falso y que mal jugador... pero ciertamente es así, hoy hay malos jugadores, demasiado intensos, llevados por la pasión de querer a alguien a su lado, jugadores con malas estrategias y contrincantes demasiado inteligentes como para perder... pero de tanto ganar se están quedando solas.

domingo, 16 de enero de 2011

Los hombres quieren, las mujeres no.

Realmente he hecho un análisis profundo sobre una situación ocurrida hace poco, que, a pesar de la informalidad de los hechos las dos personas presentes que luego nombraré trataron de hacerlo lo mas formal posible, queriendo compartir conmigo y mi amiga, intereses y alegorías hacia nosotras. Debo confesar y adelantar, que mi soltería (poco común) se ha convertido en mi mejor amiga y la razón de mis excelentes ratos que he pasado estos últimos tres meses... me he soprendido de mi misma y de mis ganas extremas de querer vivir la vida al máximo, de salir a disfrutar, de la facilidad de reírme y pasarlo bien... de poder disfrutar y disfrutarme sin la dependencia de un hombre. Estoy feliz y plena.
Fuimos a bailar a una conocida discoteca de Santiago del sector oriente, esas que se llenan de viejos y jóvenes y todos andan de casería. Mi amiga-que es una mujer alta, de pelo largo hasta la cintura, casi rubia y muy regia-prendidísima se dirigió a la pista y se puso a bailar, obviamente la seguí (las noches de baile son mis favoritas y descargo todo el stress y las malas energías). En fin, tuvimos una noche movida,  cuando ya casi quedaba un poco más de una hora para que se cerrara el lugar, mi amiga preocupada me dice que hay que buscar a algún mino, jotearlos y conseguir que nos lleven de vuelta al hogar, parecía fácil, tanto mino con ganas de casería sobraban era cosa de elegir bien. Nos sentamos a conversar con unos tipos que tomaban unas piscolas, uno de ellos estaba de cumpleaños y el otro me contaba que partía mañana de vuelta a Estados Unidos a terminar sus estudios de publicidad… realmente todo iba viento en popa, José (así se llamaba el bombón con el que conversaba) me contaba de su vida en los Estados Unidos y sobre sus proyectos a futuros; compartimos algunos intereses en común, como nuestras raíces italianas y el interés por la actuación… terminamos bailando bien pegados y llenos de besos mezclados. Creo que había hecho una buena jugada, dejo en claro que yo no quería nada más, solo llegar a la casa de mi amiga sanas y salvas. Cuando todo terminó, esperé a José en la salida, luego de conversar unos minutos y de que mi amiga me rompiera el oído alegando exageradamente por el frío y la mala noche que había tenido, le pedí a José si me podía ir a dejar… luego de varias muecas y vacilar demasiado fue a “conversarlo” con sus amigos. Yo esperé. Me di cuenta que sus amigos no estaban ni ahí, mi amiga es dura de carácter y eso le desagrado al amigo de José, por lo que no estaban interesados en ir a dejarnos. Le dije a la chica de pelo largo, mi amiga, que nos fuéramos como sea. Partimos caminando una cuadra, cuando a nuestro lado por la calle se detiene un auto plateado, de estos escarabajos modernos muy para mujer, dos hombres morenos sacaron sus cabeza y preguntaron si nos llevaban, yo desconfiada dije que no (obvio) pero mi amiga la pensó, luego de conversar unos segundos, mi amiga inventó que su pololo la había pateado recién y la había dejado en la calle, que su mamá no paraba de llamarla y que ella solo quería llegar a su casa, así que… nos subimos. En el trayecto no pararon de hacernos preguntas, de ellos contarnos sus vidas y dejarnos en claro que no eran chicos malos, y que, ¡como se nos había ocurrido andar solas en la calle a las 5 de la mañana! Mi amiga los deleitó con una canción y ellos con sus “locas” vidas de hombre enamorados rechazados de treinta años. Nos hablaron del amor, de los hombres malos y que las mujeres se merecían el mundo y mucho más. El hombre que manejaba se interesó en mi, me pidió mi numero y que me llamaría para salir lo antes posibles y quedar de acuerdo en pasar una rica tarde tomando un jugo, le pedí su número también para saber cuando me llamara é y así estar prevenida, digamos que interés de salir con él yo NO tenía. 
Nos dejaron en la puerta de la casa, sanas y salvas, luego de recordarnos unos sermones para  no volver a andar solas en la calle en la madrugada, se fueron felices de que su conquista les haya “resultado” creo que estaban felices de haber sido caballeros.
Dentro ya de la casa, me llama José, a los pocos minutos estábamos juntos en el living conversando, diciendo que había dejado a sus amigos para volver a verme.
¿Es la soltería o realmente los hombres quieren más compromisos? Estos treintones solitarios y rechazados, no me pedieron que nos volviéramos a ver para carretear, si no para tomar un jugo y conocernos, José me repitió mil veces que quería verme a la vuelta, y luego que se fue, me mando un sms diciéndome lo genial que era y que me extrañaría, que su vuelta y nuestro reencuentro estaba asegurado… yo me pregunto ¿Qué paso con los que salen de casería? Esos que se comen a miles de minas y llegan a sus casa orgullosos de haber sido unos zorrones matadores, esos que no piden números, que no mandan sms para el reencuentro ni que te invitan a un jugo para conversar recién después de haberte conocido.
Con el chofer del auto nos juntamos, pero es otra historia.

(Cualquier nombre, presonaje, lugar o situacion que tenga relación con la vida real, es sólo mera coincidencia)

Soy la Negra

 
Soy la negra, esa que mueve las caderas y tienta, que te amarra pero no arranca, esa que te mira y te cautiva. Soy la negra que deseas, esa que siempre te desespera, la negra flaca pero risueña, siempre atenta... linda negra. Soy la negra sin color, pero llena de toda la pasión, la que te capturó una noche y te arrancó el corazón mientras en tu mente se metía la negra loca, negra y sombría... linda negra. A oscuras fui tuya, pero la verdad, es que tu fuiste mío, de mis manos negras sentí el placer de sentirme llena como una negra tan negra que mueve sus caderas, su cintura y te enseña a querer a una negra que amas a oscuras. Soy la negra que tomaste entre tus brazos, la negra que levantaste en el espacio, esa negra que encantada te rodeó con sus piernas y locamente apaciguada por tus labios recorrió encantada todo lo que como rey ofreciste a tu pueblo. Pero ojo, que solo soy la negra, la negra a oscuras que tientas y te tienta, esa que tienes de repente y sacia tus locas ganas de encontrar en lo oscuro lo que te hace falta, la negra que quiere de mente amarrarte y no soltarte, que te olvides del mundo y la galaxia, soy la negra que si quieres, a oscuras soy siempre tuya, pero negra en lo oscuro, en eso que tu hiciste tuyo.