Si hay algo que puedo asegurar, jurar e incluso dar mi vida por ello, es reconocer que jamás antes había sido celosa, jamás, never. Es que para mí los celos eran una cuestión de inseguridad, de infantilísmo, falta de confianza, de inestabilidad emocional y una baja autoestima, de hecho lo es. Jamás fui celosa con alguna pareja, y es que realmente siempre me sentí segura en las pocas relaciones que he tenido (Relaciones serias)... pero todo comenzó a cambiar cuando mi última pareja se caracterizaba por ser celoso, las peleas constantes eran rutina, y no podía hacerlo comprender que sus celos solo era inseguridad de parte de él. La relación comenzó a ser tortuosa, tóxica, hasta que comencé a caer en su juego, fue cuando el comenzó a exigirme que me convirtiera en su dueña que luego me vi envuelta de celos rotundos que trataba constantemente de controlar, él había logrado lo que quería. Sentí que había retrocedido tremendamente en el ámbito personal, me sentía insegura, inestable. Luego de esa relación, renuncié a las relaciones amorosas serias, es que quería realmente disfrutar, no quería celos, no quería shows tortuosos, ni culpas.
He vivido la vida como nunca antes, no existían los enganches amorosos, y es que como se que el hombre perfecto no existe, estaba con la idea clara que nadie era lo suficientemente bueno para mí, y eso me ayudó mucho inconscientemente a solo disfrutar el momento. Ya, si, bares y bares nos vieron pasar, pubs, discos, casas, fueron los lugares en que hacíamos de las nuestras. Hasta que erróneamente llegué a un lugar y miré dónde no debí haber mirado. Y ya, okey, tenía completamente claro que yo para relaciones no estaba (y no estoy) pero inevitablemente ésta persona revolucionó todas mis hormonas, no digamos que era un Don juan si de seducción se trataba, ni un romanticón que te regala flores y te invita a algún lugar, ni de esos que te dicen cosas lindas, todo lo contrario. Adoraba la forma en que nos "complementábamos", como nos veíamos, nuestras juntas improvisadas y las indiferencias mutuas que por lo menos a mi me provocaban escándalos.
Comencé a sentirme en las nubes, e inevitablemente le rogaba a mi misma que no olvidara que esto no era nada serio, que no podía sentir nada fuerte, ni que me enganchara, porque realmente me daba cuenta de lo que realmente era él, así que rogaba para no hacerme ilusiones mientras saltaba en una pata cuando nos veíamos.
Creí por mucho tiempo que la vida de los rockstars en las películas, estaba totalmente idealizada y estereotipada, que ellos eran personas completamente normales con una vida normal, pero no, es tal cual sale en las películas y este rockstar no era para mí, no mientras yo siguiera queriendo más.
Y no pude evitar sentirme una estúpida mientras sus pasos de baile lo combinaba con el de otra. Me dolió. ¡Auch! no sabía si ir y mandarle un combo, o llegar y besarlo para demostrar que él era mío... pero la verdad es que no era ni es mío, no tenía derecho a alegar nada, pero me dolía tanto ver todo lo que estaba viendo y me odiaba a mi misma por sentir lo que estaba sintiendo, por darme cuenta que había pasado a ser una patética celosa, infantil e insegura, y peor aún, sentirme dueña de una persona que además no comparte los mismos sentimientos que yo. Y pensaba, que si esto hubiera pasado en otra época de mi vida, jamás hubiera sentido estos odiosos celos.
A mi ex le agradezco tremendamente la herencia que me dejó, me la meto por la... y es que hoy mismo comienzo terapia Anti-Celos.



