A base de una espectacular campaña me resurgió un importante tema que no puedo pasar por alto.
Siempre me
gustó ser niña, jamás me quejé de eso. Amaba las faldas, los zapatitos, los
anillos, los cintillos, los pinta uñas de diferentes colores, los vestidos de
princesas, las coronas, los tacos, los rush, las barbies, los autos de barbies,
las barbies, el rosado (a veces) Sailor moon… y un montón de cosas que me
definieron como género y que han hecho de mi vida tan entretenida y femenina (aunque
mi caminata no sea como de pasarela) Nunca he deseado ser niño, quizás ya lo
viví en otra vida, y si soy niña ahora es porque tengo que aprender de eso, y
he aprendido con el paso del tiempo a empatizar con mi género, a apoyarlo, a
comprender que para nosotras es mucho más difícil, y con esto no me refiero a
las tan conocidas luchas de muchas mujeres, como: El derecho a voto, el derecho
al aborto terapéutico, el derecho a un sueldo digno, el derecho a trabajar y
postergar la vida de ama de casa, el derecho a ser escuchadas, a educación, a
elegir, el derecho a ser independientes y emprendedoras… sin la necesidad de
tener a un hombre al lado para sentirse alguien, hoy en día gracias a muchas
mujeres podemos (más o menos) crecer y desarrollarnos como tales y propias.
Pero hay muchas
cosas que se quedaron atrás, el machismo-sobre todo en Chile- es algo que aún
no se elimina porque pasa tan desapercibido que, incluso las mismas mujeres no toman
cuenta de esto, hoy en día se cría a los niños (hombres) con muchos prejuicios
y diferencias de género, sin conciencia de como esto es una muy mala forma de
enseñar y potenciar seres humanos para que sean de mente abierta y mucho más
amables. Seguimos traspasándoles intolerancia. Diferencias. Que los hombres son
para el futbol y ellas para… ¿para qué son? Incluso, usando un insulto tan inusual
que pasa totalmente normal por nuestros oídos y ni siquiera hay que profundizar
en la oración para entender su significado: “Como niña” “Tiras como niña,
corres como niña, pateas como niña, lloras como niña (…)” ¿Sigo? Tomémosle el
peso y dejemos de inculcar machismo,
malas palabras, intolerancias, diferencias… ¡Obvio que corro como niña! ¡Obvio
que lloro como niña! ¡Porque soy una niña! Y a no ser que ser “Como niña” sea
un crimen (que no lo es), no me vengan con insultos hueones, porque si un niño (hombre) corre
mal, él no corre como niña, él corre mal y punto.