martes, 29 de mayo de 2012

Mi última carta de amor


NN:

Primero que todo, una carta puede significar mas que una conversación, ya que es un momento personal que se toma uno para analizar su vida, sentimientos y acontecimientos que han influenciado considerablemente en sus decisiones y cambios.
Recuerdo nuestros días juntos, nuestros procesos, nuestros cambios inmaduros que me hacían sentirme tan frustrada conmigo misma, a veces tan confusa, poco concreta, perdida en un mundo de enamoramiento que a veces no me beneficiaba mucho.
Conocí el amor contigo, la entrega, las ganas, la necesidad y obsesión. La eterna pena y sufrimiento, que solo el paso del tiempo supo sanar, dejándome siempre una enseñanza, o varias. Creo que soy realmente sincera cuando no sólo a ti te digo que me he puesto fría, “ruda”, es duro también para mí escucharlo. A veces me siendo demasiado prevenida, y no se que tan bueno sea eso.
No creas que no se que la pasaste mal, lo se, lo se mucho, pero también estaba inmersa en mi pena, en mi resentimiento, estaba inmersa en mi proceso de sanación y auto-descubrimiento como mujer y amante, queriendo para mi no solo fuerza, sino determinación, decisión, el poder se sentirme bien conmigo misma y mis virtudes y defectos. No fue hasta que pude conocerme, que empecé a quererme, a valorarme, a realmente sentir que puedo decir lo que pienso, que si algo me molesta puedo hacerlo saber, que si algo me gusta no tengo timidez para decirlo y nadie ni nada es más para reprimírmelo o decirme que está mal. Me enamoré niña, frágil… sentía que hice cosas que no debí haber hecho, como transar entre tu y mi familia, pero ahora está bien, es parte de la vida, de los procesos, es parte de cada uno para aprender y así lo veo yo. Yo elegí mi vida, eres parte de mi plan de vida para ser quien soy ahora.
Me agrado mucho leer tu carta, siento que conmigo diste un paso enorme, sobre todo al escribirme, al mostrarte por dentro, al decirme: Esto es lo que te quiero hacer saber. Y me alegra. Añoro los tiempos en que éramos amor, en que me veía envuelta de un enamoramiento puro, de querer estar contigo para siempre, de no aburrirme de ti, de amarte y reírnos, de sentirme en el pleno éxtasis del corazón. Pero eso mismo me hacia tanto daño, era demasiado vulnerable y tengo miedo de volver a sentirme así, tengo miedo, te lo digo muy de corazón, tengo miedo de estar contigo y volver a lo que fuimos, a que si peleábamos mi vida se acababa, que si me decías algo que me caía mal, para mi era una destrucción de mi persona, me sentía demasiado frágil con el sólo hecho de amar. Y esta bien, tú me puedes decir que eso no va a pasar, pero no depende de ti, depende de mis sentimientos. Tu eres una persona importante en mi vida, y valoro cada día en que te veo y me doy cuenta que eres como yo, que eres humano, que sientes amor, que también te equivocas, que sientes…que en tus ojos veo las ganas de querer arreglar el mundo para comenzar de cero, que en tus manos siento tu necesidad de las mías, que tu risa te delata, que eres frágil. Pero sinceramente, me cuesta proyectarme contigo, siento que madure (Y no es ego) que ya no somos lo mismo, que el tiempo es sabio y sabe porque hace las cosas. Quizás en un futuro más cercano de lo que creo, seamos capaces de congeniar, amar, y jamás dejar de querernos, eso quisiera sentir yo, que un corazón reparado no signifique dejar de amar. Te quiero con mi alma, te quiero por lo que eres y lo que fuiste, por que me amaste y te ame, te quiero porque jamás podría dejar de hacerlo, porque también eres un gran pedacito de mi corazón, de mis recuerdos y virtudes. No te sientas arrastrado por demostrarte, a veces pienso que yo lo fui más (jajaja)